¿La lengua de señas es universal?
No. La lengua de señas no es universal.
Uno de los mitos más persistentes acerca de la Lengua de Señas es la creencia de su carácter universal. En principio, en esta creencia subyace la idea errónea de que los signos gestuales son representaciones miméticas de objetos y eventos de la realidad y que, por lo tanto, pueden ser universalmente comprendidos. Esto implica, en primer lugar, considerar que todos los signos gestuales son icónicos –de hecho no es así– y ajenos a las diferencias culturales de sus usuarios y, en segundo lugar, afirmar que están limitados a la expresión de conceptos concretos y pictóricos.
Los estudios realizados acerca de diferentes Lenguas de Señas utilizadas por distintas comunidades de sordos han demostrado que dichas lenguas difieren tanto como las lenguas orales y que son ininteligibles entre sí. Woodward en 1976 y Mayberry en 1978 demostraron la inteligibilidad mutua entre la Lengua de Señas Americana y la Lengua de Señas Francesa. Carmel, en 1975, presentó veintiocho alfabetos dactilológicos de distintos países y demostró que la variedad entre los alfabetos manuales manifiesta la no universalidad del nivel fonológico de las Lenguas de Señas. Por su parte, Jordan y Battison (1976) probaron que dieciocho personas sordas de diferentes países no pueden entenderse entre sí.
Toda lengua natural surge y evoluciona en función de las necesidades de sus usuarios y en estrecha relación con la cultura de cada comunidad. Es cierto que cuando personas sordas usuarias de diferentes lenguas de señas se encuentran en congresos internacionales, eventos deportivos, etc. pueden comunicarse con cierta efectividad, pero generalmente en conversaciones sobre temas cotidianos o ligados al contexto de la situación comunicativa inmediata. Esto, en realidad, sucede porque, o bien se expresan potenciando la habilidad expresiva del rostro y del cuerpo, o bien porque utilizan el Sistema Signos Internacional que es un sistema de comunicación artificial sin reglas estrictas de producción para satisfacer las necesidades de comunicación en encuentros que reúnen a personas sordas usuarias de diferentes lenguas de señas.
¿La lengua de señas es una forma de comunicación dependiente de la lengua oral?
No. Las lenguas de señas poseen vocabulario, complejas reglas de organización morfosintácticas y su propia gramática que principalmente se diferencia de las lenguas orales por la espacialidad, la simultaneidad y la expresión facio-corporal con valor distintivo.
En muchas oportunidades se confunde la lengua de señas con el Sistema Bimodal utilizado en algunos países como estrategia metodológica en la educación del niño sordo.
El Sistema Bimodal consiste en utilizar vocabulario de la lengua de señas pero respetando la estructura gramatical de la lengua oral. También se lo denomina “castellano signado”, “inglés signado”, según la lengua oral que rige la construcción sintáctica de los enunciados.
De ninguna manera deber confundirse el Bimodalismo con las lenguas de señas utilizadas por las diferentes comunidades de sordos del mundo entero.
¿La lengua de señas es mímica?
Un prejuicio que todavía tiene vigencia es considerar a las lenguas de señas como mímica o pantomima.
La modalidad de expresión de las lenguas de señas, que no sólo incluye la actividad manual sino también la expresión del rostro y del cuerpo, le otorgan a las lenguas viso-gestuales un potencial mimético superior al que poseen las lenguas orales.
Sin embargo, es importante resaltar que aún aquellos signos gestuales con mayor grado de iconicidad son arbitrarios y surgen de convenciones culturales. Además, las investigaciones han demostrado que las lenguas de señas, a diferencia de la mímica, son lenguajes articulados y los enunciados que pueden transmitirse con ellas son ilimitados.
¿Qué es el alfabeto dactilológico?
Las personas sordas, en su comunicación, recurren frecuentemente a la dactilología. La dactilología consiste en la representación de las letras del alfabeto a través de un gesto realizado con una o dos manos en el espacio y con contacto o no en el cuerpo del señante.
Existe un alfabeto denominado internacional que es utilizado por varias comunidades de sordos de diferentes países del mundo.
Otras comunidades de sordos, como la argentina, poseen un alfabeto dactilológico propio. Mientras que el alfabeto internacional está compuesto sólo por elementos unimanuales, el argentino se caracteriza por poseer elementos unimanuales, elementos bimanuales y el uso de algunas partes del cuerpo.
Algunos usos del alfabeto dactilológico:
- Para designar conceptos nuevos que aún no poseen un signo lingüístico gestual. Con el paso del tiempo, muchos de éstos son sustituidos por signos convencionales que se incorporan al léxico de la lengua de señas. Otros, tienen valor por el lapso de un cierto tiempo y luego, caen en desuso cuando el concepto pierde significación o funcionalidad para la comunidad sorda
- Para precisar algunos significados, especialmente cuando se trata de expresar antropónimos y topónimos, en la comunicación con los oyentes. Entre los sordos no siempre es necesario el signado por dactilológico ya que muchos nombres de personas y lugares tienen signos en su propio lenguaje.
- En la expresión de algunos conceptos, que en español se expresan con palabras muy breves, y que se consideran casi convencionales y pertenecientes al léxico de la LSA, como por ejemplo: “SIDA”, “TE”.
- En el signado de algunas señas se observa un dactilológico abreviado que perdió su equivalencia estricta con la manifestación oral o la representación escrita del español. Por lo general, son términos cortos que en un principio fueron signados en forma completa por dactilología. Ej. Pan – “PN”; Plan – “PLN”; Club – “CB”; etc.
- Algunos significantes gestuales fueron creados a partir del término utilizado por la sociedad oyente, casi siempre representando por alfabeto dactilológico la letra inicial de la palabra con el posible agregado de un movimiento pero sin ningún tipo de relación semántica. Como es el caso de: Ciudadela – “C” con movimiento circular; Ituzaingo – “I”, entre otros.
- El signado de “A” y “O” pospuesto al signo gestual de algunos sustantivos de la LSA se utiliza para señalar el género femenino o masculino respectivamente. Cabe destacar que en la LSA el género siempre es motivado y que la lengua cuenta con recursos lingüísticos propios para la marcación del género femenino o masculino.
- Los oyentes suelen utilizar la dactilología cuando le preguntan a una persona sorda si un término del español tiene o no un equivalente en LSA.
La relativa facilidad con que se aprende y las funciones comunicativas que el alfabeto dactilológico cumple en la comunicación entre sordos y oyentes han favorecido la utilización de la dactilología, incluso en la educación del niño sordo.
Algunas consideraciones sobre la pérdida de audición
Son muchas las variables que inciden en el desarrollo cognitivo, lingüístico, afectivo y social de las personas con déficit auditivo. Entre ellas: el grado de pérdida auditiva y el momento en que ésta se produce, la etiología y el tipo de disminución, la presencia o ausencia de otros integrantes con déficit auditivo en el entorno familiar y la calidad de las experiencias educativas.
El grado de déficit auditivo alude a la cantidad de audición perdida y se mide en decibeles. Desde la perspectiva médica se denomina hipoacúsica a toda persona cuyo umbral de audición se sitúa en valores superiores a los 20 decibeles. Existen distintos grados de hipoacusia: leve, moderada, severa y profunda. Cuanto menor sea la pérdida de audición más fácil resulta el acceso a la lengua española y a la comunicación oral. Las personas con hipoacusia profunda, con un umbral de audición entre los 70 y 90 decibeles, se autodefinen como sordos como también lo hacen los hipoacúsicos con activa participación en la Comunidad Sorda de nuestro país y con dominio de la Lengua de Señas Argentina (LSA).
La edad en que se produce la pérdida de audición influye directamente en el desarrollo lingüístico y cognitivo de la persona sorda o hipoacúsica severa y profunda. Si el déficit se ha producido en los primeros años de vida, antes del desarrollo de la capacidad del lenguaje a través de la adquisición de una lengua particular, se denomina sordera/hipoacusia profunda prelocutiva. Si la pérdida se produce después de dicha etapa se denomina sordera/hipoacusia profunda postlocutiva. Estos últimos, a diferencia de los primeros, han tenido recepción de la lengua hablada y el input percibido ha permitido el desarrollo natural de la competencia lingüística en la lengua de la mayoría oyente.
Los niños con sordera o con hipoacusia prelocutiva severa o profunda que interactúan y se desarrollan en un entorno lingüístico con usuarios de la Lengua de Señas Argentina se apropian de esta lengua en un proceso de adquisición similar al del niño oyente dado que los canales de recepción y expresión de dicho sistema lingüístico se ajustan a sus capacidades sensoriales. La LSA utiliza como medio de expresión las manos, la expresión facial y corporal y su canal de recepción es la vista. Es decir, capacidades conservadas por las personas con sordera y que posibilitan el desarrollo de la capacidad de lenguaje, inherente al ser humano.
Estos niños tienen a la LSA como primera lengua, pero al tener vedado o restringido el canal de recepción de las lenguas auditivo-orales, están impedidos de apropiarse en forma espontánea, natural y asistemática de la lengua de la sociedad mayoritaria como lo hace la persona oyente. Por lo tanto, el niño sordo debe aprender la lengua española como una segunda lengua a través de un proceso de enseñanza formal. Este proceso es lento, arduo y, en la mayoría de los casos, parcial. El éxito o fracaso del proceso de enseñanza-aprendizaje de la lengua española dependerá de las capacidades individuales, la calidad educativa y fundamentalmente de las variables que se mencionaron con anterioridad.
¿Los jóvenes sordos pueden cursar la escuela secundaria?
En los primeros años de la década del noventa comienzan en Argentina las primeras experiencias educativas en las que jóvenes sordos cursan el nivel medio con la presencia de intérpretes de Lengua de Señas Argentina (LSA). Hasta ese momento sólo tenían acceso a niveles superadores del nivel primario, aquellas personas con déficit auditivo -en general hipoacúsicos- que poseían una rica competencia lingüística en español y que habían cursado sus estudios en la escuela primaria común.
A partir de esa fecha, como respuesta a la necesidad de un grupo numeroso de adolescentes y jóvenes sordos, egresados en su mayoría de escuelas de Educación Especial que no habían podido acceder a estudios de nivel medio o que habían fracasado en el intento de hacerlo, surgieron experiencias educativas en escuelas secundarias con la actuación de intérpretes de LSA.
Estos proyectos se fueron multiplicando con el correr del tiempo y cada vez es mayor la cantidad de jóvenes sordos que tienen la oportunidad de continuar su proceso de formación y capacitación profesional; por lo tanto, es cada vez mayor la cantidad de intérpretes que se desempeñan en el ámbito educativo.
En las instituciones educativas, el intérprete de LSA cumple funciones dentro y fuera del aula. Fuera del aula, el trabajo de interpretación tiene un fin meramente comunicativo y consiste en facilitar los intercambios comunicativos entre el alumno sordo y la comunidad educativa oyente. En el aula, el intérprete, con su accionar, permite la transmisión de los contenidos curriculares de cada asignatura y favorece, por esa razón, el proceso de enseñanza-aprendizaje, además de actuar como intermediario en la comunicación entre docentes y alumnos sordos. Si bien el docente y el intérprete trabajan en conjunto, cabe resaltar que ninguno interfiere en el trabajo del otro y los roles están bien delimitados.
En la actualidad, el sistema educativo ofrece distintas formas de integración de alumnos sordos al nivel medio, entre ellas: la Escuela de Comercio Nº16 “Gabriela Mistral”, la Escuela de Comercio Nº11 “Dr. José Peralta”, la Escuela de Cerámica “Fernando Arranz”, etc.
Si el niño sordo habla lengua de señas, ¿no aprenderá el español?
En la extensa bibliografía sobre el tema no existen pruebas de que aprender una lengua impida el aprendizaje de otra lengua.
En un entorno lingüístico de usuarios de la Legua de Señas, el niño adquiere esta lengua porque es la que se ajusta a sus capacidades sensoriales y deberá aprender en forma sistemática la lengua de la mayoría oyente. Es decir, el niño sordo adquiere la Lengua de Señas como primera lengua y aprende el español como segunda lengua.
Cuando un niño, oyente o sordo, tiene competencia en dos lenguas, la elección entre una u otra estará determinada por el idioma de sus interlocutores.
El niño que tiene dominio en español y en inglés, usará el español en situaciones comunicativas en las que los participantes hablan español y se comunicará en inglés con interlocutores usuarios de esta lengua.
Al igual que el niño bilingüe español-inglés, el niño sordo utilizará la Lengua de Señas o el español según la lengua que utilicen sus interlocutores.